sábado, 5 de febrero de 2011

Clásicos: Rufus Wainwright - Want One


Quizás quien que lea esto puede pensar que estoy loco por decir que este álbum editado en 2003 es para mí un clásico, pero considero este disco una joya, y punto.

Rufus Wainwright es uno de mis artistas favoritos y es sin duda uno de los músicos con más talento que hay en la actualidad, cualquier cosa que haga siempre tiene una calidad altísima, aunque sus discos sean más o menos buenos, siempre son mejores que la mayoría, me cuesta mucho elegir de entre su discografía el mejor.

Siempre se ha dicho de él que es demasiado excesivo y algo divo, llegando incluso a desprestigiar su talento, sólo porque su comportamiento no responde a los "cánones" de cantautor serio y varado sobre un escenario, y digo yo, Bob Dylan apenas mira (si mira) al público mientras toca y no por eso hay que decir que es un asqueroso, cada músico tiene sus manías y no creo que ofrecer espectáculo además de música sea nada malo.
Rufus no para sobre el escenario, se puede cambiar unas cuantas veces de vestuario o interpretar el "Get Happy" de Judy Garland con sus músicos como bailarines, pero tanto él sólo, como con su banda, emociona como pocos lo hacen porque no sólo es su música, es él, quien tenga la suerte de haber visto a Rufus en directo, sabe lo que digo.


Me gustan todos sus discos pero me tengo que quedar con este, que en principio iba a salir a la venta en formato de doble disco junto al editado en 2004 "Want Two", pero ya se sabe lo que pasa con los dobles discos, que muchos temas se pierden en el olvido. Además, la jugada le salió muy bien y el álbum acabó vendiendo bastante.

Parece que está escrito que los discos de un cantautor deben de ser discos tristes y lentos y son muy pocos los artistas que se salen de esa dinámica y entregan trabajos con algo de luz y optimismo, todo tiene que ser decadente y deprimente, por eso me gusta este disco, porque "Want One" representa al Rufus Wainwright mas desinhibido y menos intimista en un disco al que la etiqueta "pop barroco" le sienta como un guante (sí, por una vez los críticos tienen razón). Sus arreglos son magistrales y tiene cierto aire cabaretero, si hay un disco al que se parezca de su discografía es al "Release The Stars" editado posteriormente.



Canciones como " Oh What A World", "I Don't Know What It Is", "14th Street", "11:11" o la majestuosa "Beautiful Child" son los cortes que más se asemejan a lo que he descrito antes, mientras que "Vicious World", "Pretty Things", "Vibrate" o "Natasha" son canciones más parecidas a las de los discos anteriores del artista y en "Movies of Myself" o "Go Or Go Ahead" se ve al Rufus más eléctrico de todo el disco.

Para mí, "Want One" y "Want Two"juntos probablemente hubieran sido de lo mejor de la pasada década, pero por separado no funcionan mal y también son discos notables.




Si me dieran a elegir entre el Rufus Wainwright más intimista o el más alegre, me quedaba con el segundo, aunque este tío puede con todo. Tanto él sólo como con su banda, un concierto suyo es una de las experiencias que no te puedes perder.

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