Punk

       Ayer en una de esas noches en las que cuesta dormir, pasaban las horas y mientras intentaba tranquilizarme para conciliar el sueño, tomé una determinación, escribir un relato, o un sucedáneo de relato, algo extraño. Era tal el nivel de locura producido por la falta de sueño, que muchas ideas salieron de mi cabeza. Pensaba, que todas eran buenas, pero hoy al ponerme a escribir, me he bloqueado. ¿Será el tiempo?
Me van los retos, no me daré por vencido porque a las primeras de cambio no salga nada, hay paciencia y tiempo para hacer algo. Pero me da miedo, porque ayer tenía montones de ideas y hoy me he quedado en blanco y me he hecho unas pocas preguntas.

- ¿Será que el cerebro debe de estar en un estado alterado para que broten las ideas?
- ¿Tendré que drogarme o escribir en estado de embriaguez?
- ¿Debo ser alguien torturado por la vida para poder escribir algo decente?
- ¿Estoy dispuesto a hacer todas estas cosas?

Me da igual el resultado, hombre, si está bien, mejor, es mi propósito de aquí a fin de año, porque escribir no es un privilegio de intelectuales, cualquiera con unas nociones básicas puede escribir algo, y a mi me apetece. Hace unos cuantos años cuando solo era un crío, quise ayudar a unos amigos que iban a hacer un grupo de música punk, escribiendo unas canciones. Cuando uno de ellos leyó las canciones, me dijo que estaban bien, pero seguro que era por cortesía. Para un grupo punk no hace falta tener referentes literarios famosos, pero se que lo escribí era una barbaridad tan extrema como la música que ellos hacían, y en un arrebato de sentido común le proporcioné a aquellas letras el lugar que merecían, la papelera, el papel hecho trocitos pequeños, muy pequeños, por si alguien decidía unirlos para descifrar lo que ponía. Esa es mi experiencia como escritor, creo que me ha creado un trauma. Ahora quiero resarcirme de aquel aciago episodio de locura y pavo extremo. A ver lo que sale.