He estado leyendo esa maravilla de blog que se llama "Máquinas y escombros" (arriba link directo para poder leer ese blog) y me he acordado de mi viaje a Milán. En dicho blog se habla de todo tipo de lugares abandonados (fábricas, etc) con todo el respeto del mundo, tratando a las fábricas y demás lugares como si de auténticas catedrales se tratase, todo esto con unas fotos increíbles, bravo, está muy bien lo que haces.
Pero bueno, hablemos de la capital lombarda, Milán es una ciudad perfecta para visitar en un fin de semana, en enero de este año, en una fiesta local del pueblo pude coger uno de esos vuelos de bajo coste que tantos dicen haber conseguido, también la vuelta era un Lunes y eso abarata el precio.
En plena oleada de frío polar en toda Europa atravesábamos la cordillera de los Alpes, toda blanca, kilómetros y kilómetros de blancas montañas desde una vista privilegiada, llegamos a el aeropuerto de Malpensa, cogimos un autobús hasta la estación central, donde estaba nuestro hotel. El hotel, normal tirando a bien, comparado con otros hoteles que he visto por otros países de Europa, en mi opinión, Italia en lo que a hoteles se refiere tiene buen nivel, había una biblia en la mesilla, podían haber dejado otra cosa, pero bueno.
Sólo teníamos dos días y la mañana del Lunes, a si que nos pusimos a ver la ciudad enseguida, cogimos el metro y pusimos rumbo al centro. En la salida del metro unas placas puestas en las escaleras producían el sonido de un piano, pero sólo el hecho de salir por las escaleras del metro y ver la majestuosa catedral (ver foto de arriba) sólo por eso ya merece la pena el viaje, preciosa, quién vaya a Milán que no pierda la oportunidad de subir a los tejados de este monumento al "módico" precio de cinco euros subiendo las escaleras y diez en ascensor, pero poder apreciar sus vistas, sus agujas, sus gárgolas tan de cerca, no tiene precio, aunque si tienes miedo a las alturas lo puedes pasar un poco mal, como anécdota decir que Mark Twain dijo de la catedral: "Es un poema de mármol" y a Silvio Berlusconi le atizaron en la cara con un souvenir de la catedral en miniatura.
En la Plaza del Duomo están las famosas Galerías Vittorio Emanuele
con muchas tiendas y restaurantes, nunca había visto un restaurante de Mercedes, la marca de coches, y a la salida a pocos metros se encuentra el Teatro alla Scala, por ahí ha pasado gente cómo Giuseppe Verdi o Giacomo Puccini, casi nada, el teatro de ópera por excelencia. Callejeando un poco puedes ir al barrio de Brera con su famosa Pinacoteca, restaurantes, galerías de arte y tiendas de ropa de alta costura, para algo Milán es la capital de la moda.
Puede parecer que ya lo has visto todo, porque es lo más conocido, pero aún quedaban cosas por visitar, ya por la mañana del día siguiente visitamos el Castillo Sforzesco, un castillo renacentista que a finales del siglo XIX iba a ser demolido pero fue transformado en un museo
en el que aparte de grandes obras de arte, están los diferentes muebles que han utilizado los residentes a lo largo de su historia, es divertido ver los muebles de hace siglos junto a muebles de diseño o a muebles de diseño de los ochenta, que es peor, en general bien, una grata sorpresa. Fuimos a ver la iglesia de Santa Maria delle Grazie, famosa por que en su interior está el refectorio de La Última Cena, de Leonardo da Vinci, que no pudimos ver, porque hay que reservar con antelación, y mucha, por lo visto, para pagar quince euros por contemplar durante veinte minutos esta obra de arte, pero bueno ya lo sabíamos. Paseando por Parco Sempione fuimos al Acquario, para poder resguardarnos del frío que hacía, la temperatura no subió de dos grados en todo el fin de semana, teniendo mínimas de cuatro bajo cero, con ese frío alpino encima, que frío nos hizo joder. Ya por la noche fuimos al canal de Navigli (foto) con la intención de cenar, pero sorpresa, había derbi entre los dos equipos
de la ciudad, el AC Milán y el Inter de Milán, la ciudad parada, los bares llenos de italianos viendo el partido como locos, el canal bien, lo típico, está algo sucio,poco a poco lo van rehabilitando, pero me gustó, aunque no nos gustaron los restaurantes y decidimos ir al centro. Ya en la Plaza del Duomo decidimos ir a un restaurante de la Galería y cenar bien, con un buen vino y buena música. Al salir la Plaza del Duomo completamente desierta, tras degustar la bella postal, no pudimos reprimirnos e hicimos el tonto en las escaleras del metro, hay documentos grabados y todo. El Lunes decidimos acudir a el Quadrilatero d'Oro, formado por cuatro calles, donde se encuentran las tiendas de los mejores diseñadores, paseando puedes ver como coches de la marca Fiat sirven como maceta para árboles que adornan la calle, ¡que derroche!, casas muy bonitas, y para rematar en un museo, una exposición sobre el AC Milán, allí pudimos ver de cerca las trofeos del equipo de fútbol, Copas de Europa, Intercontinental, o los Balónes de Oro conseguidos por sus jugadores, no está mal mola ver estas cosas de cerca. Una última vista a la ciudad desde el autobús y otra vez a el aeropuerto, el avión, con escarcha y retraso nos esperaba.
4 comentarios:
Milano, no es de las ciudades más bonitas -belllla, haciendo hincapié en la ele- de Italia, pero si se deja ver, y se nota que está al norte, lo que le da un "aire" diferente, más "europea" (por eso la Biblia, además de estar en el pais del Papa y del Vaticano) que otros lugares de Italia.
Espero que pisarais "le pale" del toro con el talón, dicen que da suerte, en la Galeria di Vitorio Emanuelle.
Vaya brasa que he soltado!!!
Espero sigas contando tus viajes y sigas viajandooo.
Ciao ciao
ol
No me encontré ninguna biblia en la misma Roma. Milán me gustó muchísimo, lo pasamos muy bien...
Roma no tiene nada ver con Milán, ésta es más europea, yo encontré una Biblia en Stuttgart, Alemania, Italia cambia de Roma para abajo, Roam es mucha Roma.
Te gustó más Milán que Roma?
ol
Roma es Roma,no tiene comparación, pero Milán me gustó bastante.
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