Es algo increíble, Rocky está retirado, pero en Rusia hay un campeón que dicen que es un monstruo, entonces Apollo Creek, también retirado quiere pelear contra él monta un numerito, pero el ruso le da una paliza que lo mata, Rocky acepta pelear contra el ruso, se va a Rusia, entrena allí por los montes, mientras el ruso entrena con la última tecnología, llega la pelea ostia va, ostia viene, Rocky gana y suelta la parrafada política y se acaba la película. En la segunda al menos se paseaban por los suburbios de Filadelfia, en la tercera Paulie tenía su momento, en ésta el cuñado de Rocky tiene una relación con un robot, Rocky se va a entrenar por los montes rusos, cuando todo el mundo sabe que los deportistas estadounidenses son carne de esteroides y demás sustancias, una película hecha en 1985, te puedes imaginar, rellenan unos minutos de una canción con secuencias de las anteriores películas pero la panfletada política, madre mía eso ya puede con cualquiera.
Es indudable el impacto de la saga en la cultura moderna, estoy seguro que para mas de un deportista estás películas le tienen que poner palote, ese rollo chico pobre que llega a lo más alto a base del deporte ya está muy manido. Me pregunto cuando harán por aquí una película sobre Andrés Iniesta, yo me podía presentar al casting, soy blanquito, soso y manchego, lo haría genial, otra cosa es pegar patadas a un balón. Podría dirigirla que se yo, Alejandro Amenábar, que eso de la épica se le da muy bien, así Pedro Almodóvar podría dirigir el biopic de Casillas, que le pega más.
El deporte y las películas no suelen llevarse bien, de todas formas todavía me quedan ganas de ver la última película que ha hecho sobre Rocky, hace dos o tres años con Sylvester Stallone sexagenario repartiendo puñetazos.
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